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En una noche cálida de finales de julio, María Beltrán caminó por una calle tranquila, bordeada de árboles, al este de Yakima, una ciudad en Washington. Beltrán, quien se postula como senadora estatal, iba de puerta en puerta en el vecindario de su infancia. Si gana las elecciones este noviembre, Beltrán sería la primera senadora latina en representar el Distrito Legislativo 14, el cual tiene mayoría latina desde hace poco, después de una redistritación que fue muy discutida. Beltrán señaló a un bajo edificio a una cuadra con un mural rojo: el Mercado de Yakima. “Hacíamos nuestras compras en esta tienda”, dijo. “Ahora, puedo caminar por las calles como candidata”.
Yakima es la ciudad más grande en el condado de Yakima, el cual se extiende sobre 2.75 millones de acres de colinas onduladas y valles fértiles por el centro-sur de Washington. El condado de Yakima incluye el Valle de Yakima, conocido como la canasta de frutas de la nación, donde los latinos han echado raíces desde 1930. La población latina ha multiplicado cinco veces desde 1980, lo que hizo que el condado tenga la mayoría latina más grande de todo el Noroeste Pacífico. Desde el 2022, 51,2% de residentes se identifican como hispanos, comparado con 14% en Washington.
Durante décadas, los mapas legislativos han separado a concentraciones de votantes latinos entre varios distritos, limitando su poder electoral. Pero el año pasado, después de una demanda presentada por una coalición de votantes latinos en 2022, un juez federal decidió que el mapa legislativo de Washington de 2021 diluía el poder latino, violando así la Ley de Derechos Electorales. El juez ordenó al estado a redefinir los límites del Distrito Legislativo 15 que abarcaba la parte este de la ciudad de Yakima y partes de otros cuatro condados. Aunque el distrito era mayoria latino, el antiguo mapa había agrupado el este de Yakima donde los latinos votan en gran número con otras áreas donde la participación latina es más baja, mientras que los separaba de varias otras comunidades donde los latinos son más políticamente activos. El poder de los votantes latinos del este de Yakima se diluyó aún más ya que el Distrito 15, al ser un distrito de número impar, no tiene elecciones a nivel estatal durante las elecciones presidenciales, cuando la participación latina es mayor. El nuevo mapa legislativo une al este de Yakima con varias otras comunidades con mayorías latinas a lo largo del Río Yakima, creando un distrito de mayoría latina con un número par, el Distrito Legislativo 14.
La población latina ha multiplicado cinco veces desde 1980, lo que hizo que el condado tenga la mayoría latina más grande de todo el Noroeste Pacífico.
Esa decisión es la más reciente de varios casos judiciales que han consolidado el poder de los votantes latinos en la región del Valle de Yakima. Mientras tanto, los organizadores comunitarios han trabajado duro para formar coaliciones y educar a los votantes. En la última década, los votantes han elegido un récord histórico de latinos por todo el condado de Yakima. Sin embargo, estas victorias también han revelado las divisiones políticas que existen dentro de la comunidad latina, ya que los votantes y legisladores conservadores se enfrentan a los nuevos legisladores que tienden a ser más progresistas.
Este año probará la fuerza de los activistas y también mostrará si las divisiones pueden ser superadas. Beltrán se postulará en contra del titular republicano Curtis King por el puesto de senador estatal del Distrito 14. Otras dos demócratas latinas están postulándose para puestos de representantes estatales en el distrito: Ana Ruiz Kennedy, una inmigrante mexicana que trabaja como enlace comercial para una institución financiera de desarrollo comunitario, quien se enfrenta a la republicana Deb Manjarrez, mientras que Chelsea Dimas se postula contra otra latina, la republicana Gloria Mendoza, para el otro puesto de representante estatal del distrito.

CUANDO BELTRAN era niña, sus padres, ambos de ellos trabajadores agrícolas, se levantaban temprano para cosechar fruta. No podían pagar por su cuidado, así que ella los acompañaba. Entre sus primeros recuerdos está “despertarme y estar confundida sobre por qué no podía dormir tarde y ver dibujos animados”, recordó.
Incluso cuando su padre tomó un segundo trabajo de noche en un almacén, la familia dependía de viviendas asequibles y de apoyo alimentario. “Aquél nivel de pobreza no tenía sentido considerando lo duro que trabajaban,” dijo Beltrán.
Su experiencia es común: los latinos en el Valle de Yakima tienden a sufrir más de la pobreza, de la violencia policial y, en algunos casos, de peor estados de salud que las personas blancas. La discriminación y la exclusión han privado a los votantes latinos de derechos, y las personas con apellidos españoles votan a niveles mucho más bajos que personas de otros grupos. “Tan pronto como una barrera cae, otra aparece en su lugar”, dijo Josué Estrada, profesor asociado en la Universidad Central de Washington quien estudia los derechos cívicos de los latinos.
Años después de que se aprobara la Ley de Derechos Electorales en 1965, los votantes en Washington debían tomar una prueba de alfabetización para poder votar. La ciudad de Yakima no tenía materiales de votación bilingües disponibles hasta el 2002. Los activistas y residentes de Yakima dicen que la información sobre votaciones sigue siendo difícil de acceder, especialmente en el Valle Bajo rural, mientras que la educación de votantes es todavía un desafío.

“La comunidad latina no es un grupo homogéneo. No votan de una sola manera. Es muy diversa. Pero al final del día, tu voto es tu voz, y debes expresarla.”
La redistritación del año pasado forma parte de una serie de victorias. En 2015, después de una demanda por parte de la Unión Americana de Libertades Civiles, un juez ordenó a Yakima a cambiar su sistema electoral, argumentando que el sistema de la ciudad suprimió el voto latino. Ese otoño, la comunidad en Yakima eligió a los primeros concejales latinos.
Luego vinieron una serie de retrocesos. Los concejales latinos elegidos en 2015, particularmente los dos progresistas, chocaban a menudo con los conservadores en el concejo. Las victorias también trajeron una reacción en contra: después del 2019, todos los candidatos latinos perdieron sus distritos o no se postularon.
Danny Herrera es ahora el único representante latino en el concejo municipal de Yakima. “Ahora sólo tenemos representación en un distrito. Eso da miedo”, dijo Cristina González con la organización sin fines de lucro Fondo Comunitario Latino. González ha sido activista en el área por más de 25 años. Pero con estas pérdidas ha surgido también una determinación. “No nos han quitado las ganas de luchar”.
SUNNYSIDE, UNA CUIDAD en el condado de Yakima a 35 millas al sur de la ciudad de Yakima, tiene una de las concentraciones más altas de latinos en Washington— 86,1% — y los organizadores allí han comenzado a transformar su política para reflejar esa realidad. Aunque 70% de la población habla español, las reuniones del concejo municipal sólo eran en inglés. Eso cambió este año, después de que los votantes eligieron a tres latinas para el concejo municipal de Sunnyside. Vicky Frausto, nativa de Sunnyside y especialista en diversidad, equidad e inclusión social, fue una de ellas. En su brazo tiene un tatuaje del logo de ELLA, la organización que la convenció a postularse.
La organizadora María Fernández fundó ELLA para ayudar a las mujeres latinas a navegar por los servicios sociales y para abogar por ellas mismas. En 2023, desarrolló un curso de líderes emergentes con la esperanza de preparar a latinas como Frausto para que se postulen a puestos públicos locales. Ese mismo año, ELLA unió fuerzas con otras organizaciones latinas progresistas para formar la Coalición Latinx del Valle de Yakima y motivar al voto. Juntos pudieron intensificar sus esfuerzos de participación y educación electoral en Sunnyside, tocando puertas y organizando fiestas de votación y sesiones de escucha comunitarias, a menudo en español. “La energía estaba por las nubes”, dijo Frausto. “Era diferente. Sigue siendo diferente”.
La estrategia de la coalición no funcionó para todos. Después de que ELLA organizara una reunión comunitaria principalmente en español, algunos residentes, en su mayoría blancos, acusaron a ELLA de crear divisiones políticas, dijo Frausto. En las redes sociales, comentaristas calificaron a los candidatos de criminales, refiriéndose a ellos como un “cartel” o un “gang”. Y algunos residentes latinos retiraron su apoyo, dijo Fernández, debido a la asociación con Raíces, una organización dirigida por personas queer. “Nuestra área es muy conservadora, y estoy hablando de nuestra comunidad latina”, dijo Fernández
“La energía estaba por las nubes. Era diferente. Sigue siendo diferente”.
Al final, la participación de votantes latinos en Sunnyside llegó a un 20%, todavía un poco más baja que el promedio de la participación local, pero nueve puntos porcentuales más alta de lo que era antes. Frausto y otras dos candidatas fueron las primeras latinas elegidas para representar a sus distritos.
Este año, Fernández creó otra organización sin fines de lucro, ELLA Adelante, como una organización 501(c)(4) que puede hacer más activismo político dentro del marco de la ley. Ahora espera mantener el impulso mientras evita lo que sucedió en Yakima, donde los latinos ganaron representación y luego la perdieron. ELLA se centra en el Distrito 14, donde Beltrán se postula para el Senado estatal, trabajando para motivar el voto y educar a la comunidad sobre cómo exigir más de sus representantes.
Todo este activismo tiene un propósito a largo plazo. “La esperanza es que se convierta en el modelo”, dijo Fernández.

AUN ASÍ, la carrera por el puesto de representante estatal muestra las divisiones a las que apuntó ELLA. Ambas candidatas son latinas y con raíces en la comunidad de trabajadores agrícolas: los padres de la candidata demócrata Chelsea Dimas, fundadora de Raíces, fueron trabajadores agrícolas inmigrantes, y la republicana Gloria Mendoza, ex-alcaldesa de Grandview, a unas 38 millas al sureste de Yakima, trabajaba en los huertos y granjas del valle antes de empezar su carrera política.
Las dos candidatas comparten prioridades: la asequibilidad, la seguridad pública y la educación. Pero prometen diferentes métodos para abordar las necesidades de la comunidad. Entre las metas de Mendoza está la reducción de impuestos y la desregulación de la industria, mientras que Dimas busca aumentar la red de seguridad social y otros programas gubernamentales.
Mendoza no cree que los mapas de distritos legislativos del 2023 aumentarán la representación latina. “Las personas detrás de la redistritación no están interesadas en elegir a hispanos. Sólo quieren elegir a demócratas”, escribió en una declaración a High Country News. Ella nota que la redistritación movió a Nikki Torres, la primera senadora estatal latina de la región y una republicana, fuera de su distrito anterior, el Distrito Legislativo 15, al Distrito 16, el cual no es mayormente latino. Ella retendrá su puesto por dos años más, pero no podrá postularse nuevamente en el Distrito 15 a menos de que se mude.
Mendoza dijo que se debe motivar a las personas de todas las razas a votar. “El estado de Washington ha facilitado mucho que la gente vote”, escribió. Washington ha tenido votación por correo desde el 2011. “Las personas que quieren votar pueden hacerlo fácilmente. Debemos asegurarnos de que todos lo sepan y estén motivados a ejercer este importante derecho”.
Dimas cree que una seria movilización del voto latino tomará tiempo, mucho más allá de este ciclo electoral. “Nuestra gente ha sido oprimida por mucho tiempo”, dijo. La redistritación les da a los latinos del Valle de Yakima “una oportunidad histórica para realmente elegir a más legisladores que entienden nuestra comunidad, quienes son de nuestra comunidad, quienes se parecen a nosotros”.
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This article appeared in the October 2024 print edition of the magazine with the headline “Latino power.”